En otro año de entrenamiento en Karate, entiendo cada vez más cómo se debe seguir el camino en este arte con mente abierta y sinceridad. Se trata mucho menos de intentar probar o imponer algo a los demás y mucho más de tu desarrollo personal, de cuánto estás dispuesto a luchar contra el ego, sumar conocimientos y revisar lo que se puede mejorar.
Cuando actúa y entrena con esta mentalidad, se refleja en su práctica. Y este es tu camino interno, no se trata de estatus.
Mi querido maestro Tsunioshi Tanaka dijo que «la sinceridad está en el corazón (kokoro)». Me doy cuenta de lo necesario que es no solo como karateka, sino también como persona.
También demostró con el ejemplo la preocupación por seguir estudiando y aprendiendo. Organizando sus pertenencias en el dojo, veo muchas notas de entrenamiento, diplomas de seminarios, cintas y libros sobre artes marciales. Quería ser el mejor artista marcial que pudiera, para él y para sus alumnos.
Por llevar una parte del legado del Maestro Tanaka, no puedo hacer menos. En esto, recuerdo la siguiente oración:
«No busques seguir los pasos de los sabios. Busca lo que han buscado». – Matsuo Basho
Por eso sigo mi camino de Karate «buscando» lo que él buscaba, que es el desarrollo en el arte con sinceridad en mi corazón. No se trata de recrear cosas, sino de dar pasos hacia adelante. Y hago esto en la forma en que dirijo el entrenamiento en el dojo, pruebo aplicaciones y ejercicios, persigo conocimientos sobre Karate, participo en entrenamientos y seminarios, obteniendo fundamentos y nuevas perspectivas. El camino es largo, pero fascinante.
Siento que 2018 fue muy productivo en ese sentido y eso me motiva a seguir por este camino. Karate-Do, para quienes realmente incorporan la práctica, es un estilo de vida. Algo que nos mantiene avanzando, con la prerrogativa de hacer nuestro mejor esfuerzo.